La Obesidad no es una elección es un padecimiento, por ello, hay que recomenzar...
viernes, 24 de septiembre de 2010
Cuando el ánimo cae...
Sabemos que una de las características de quienes padecen, padecemos, padecimos obesidad, es la tristeza, las situaciones de angustia, la baja autoestima, y las mascaras que usamos en pos de no demostrar que son muchas las cosas que "tragamos" de la vida cotidiana, y hacen que engordemos, entonces pensaba... antes de dar un paso equivocado buscando un bocado, para matar el "hambre que la angustia provoca", dediquemos unos minutos a pensar y repensar hacia donde vamos.
Por eso comparto éste hermoso texto que me llegó, para quizá que lo lean en esos momentos, como yo lo haré...
Abrazos.
Mabel.-
Despierta y brilla
Libérate del miedo, es un candado que tú mismo te pusiste
Escúchame tú, hermosa alma viviente.
Tú que estás sola y angustiada. Que ya no crees en nada, ni nadie.
¿Crees que la vida te olvidó?. No, eso es imposible, eres parte de ella. Tú y todos los demás seres que ves diariamente en tu camino.
Todos somos uno. Somos parte y somos el Todo. Estamos interconectados. Somos todos iguales. Todos amados por EL Todo que nos creó.
Somos semillas plantadas en este planeta para cumplir una misión: crecer y florecer, a pesar de tantas adversidades.
¿No florece una bella rosa en medio de tantas espinas? Y se abre a la vida cumpliendo su propósito: brindar su extraordinaria belleza y su embriagador perfume al mundo.
Sin embargo, antes tuvo que luchar con fuertes y ariscos vientos, crueles tormentas, y piedras que dañaban sus raíces impidiendo su crecimiento. Y otras dificultades que, valiéndose de su fuerza interior, pudo superar.
Tú también puedes hacerlo. Busca tu fortaleza en tu interior.
Sal de ese laberinto de recuerdos oscuros y dolorosos donde te perdiste.
Anda, ven. No temas. La vida te espera para llenarte de luz. Ten confianza.
No estás sola. Recuerda: Todos somos uno. Estamos conectados por el Amor Universal.
Deja atrás el pasado. Ya no está. Ya pasó. Y el futuro aún no llega, y ¿sabes qué? Tú puedes hacer que sea hermoso.
Aquí y ahora estás tú, y tu corazón lleno de amor. “Camina, salta, corre, baila… llena tu cuerpo de música, y vibra al compás de las esferas.
Ama, y tendrás fuerzas, y tendrás entusiasmo. Llénate de esperanza.
Que tu risa se una al eco de otras risas. Y tu canto resuene en las montañas. Ellas lo elevarán al cielo.
Libérate del miedo, es un candado que tú mismo te pusiste.
La angustia, el dolor, la amargura, el enojo, y otras falsas creencias de tu mente, son esas piedras que dañan nuestras raíces para entorpecer nuestro crecimiento. Date cuenta. Sólo el amor es bueno.
Cierra tus párpados y abre tu corazón. Palpita, escucha tu silencio. Es sanador.
Deja que entre la luz a tu alma. Abre los brazos y vuela…
Despierta de ese adormecimiento que te impusieron. Vive el amor y perdona. Esa es tu misión. Siéntela. Abrázala. Y tu vida reverdecerá en capullos nuevos.
DESPIERTA Y BRILLA con tu luz propia. Ábrete como la rosa y brinda el perfume de tu amor hacia ti y hacia todo. Todos somos uno.
Ten presente que nunca estás sola. Déjate llevar… Hay un faro en tu camino. Y da gracias por existir.
No te olvides de amar, de soñar, de confiar, perdonar y agradecer, todos los días de tu vida.
Texto Original: Mary Bonilla Bisbal.
Etiquetas: obesidad
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