martes, 21 de junio de 2011

La Discriminación Que Sufren Las Personas Con Obesidad


En la sociedad actual, se sobrevalora la apariencia y belleza física. La delgadez es tomada como un valor supremo, por lo que muchas personas comenten actos que ponen en severo riesgo su salud para entrar en estos modelos ideales. Los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia crecen cada día de forma alarmante y no existen hasta el momento políticas de prevención que puedan frenar este fenómeno.

En esta lucha desesperada por alcanzar el peso más bajo posible, el obeso es visto como aquello a lo que se tiene miedo y no se quiere llegar a ser. Las personas obesas sufren constantemente la humillación y la discriminación de una sociedad que no está adaptada para ellos, que les teme y los rechaza.

A pesar de que la obesidad es una enfermedad que necesita tratamiento, no se puede excluir al obeso hasta que tome la decisión de recuperar su salud. La sociedad debe aceptar y respetar a la persona excedida de peso y brindarle las mismas posibilidades que al resto de los individuos.

Las personas tienden a pensar 'que está así porque quiere', 'no tiene voluntad' o 'no quiere adelgazar'. Se ve al obeso como alguien carente de voluntad y compromiso, un prejuicio incierto e infundado. Muchos empleadores toman estos y otros argumentos para rechazarlos. Asimismo, creen (o dicen creer) que es una enfermedad que condiciona el desempeño de los quehaceres laborales. Si bien esto puede ser cierto en algunos casos, hay muchas tareas que pueden desarrollar personas obesas o delgadas por igual. La obesidad no afecta la capacidad intelectual.

La discriminación no sólo se ve en el rechazo de los demás. El obeso se siente excluido a la hora de vestirse, viajar en transporte público o concurrir a ciertos lugares públicos.

Los grandes almacenes de indumentaria excluyen a las personas de talla grande, siendo casi imposible conseguir ropa de marca en tallas superiores al promedio. Los obesos se ven obligados a comprar sus prendas en tiendas especiales de dudoso gusto y a precios muy por encima de lo normal.

Un obeso mórbido puede tener serias dificultades para viajar en avión, tren o autobús. Los asientos son pequeños y se encuentran muy próximos, por lo que la persona obesa no entra cómodamente. Muchas personas evitan sentarse al lado de ellos en el transporte público y al no existir asientos especialmente adaptados para personas obesas, algunas compañías obligan a pagar por dos boletos.

En el cine, teatro y otros lugares de esparcimiento tampoco poseen asientos apropiados, por lo que muchos optan por prohibir la entrada al obeso argumentando que la infraestructura del lugar no es adecuada para ellos.

Ahora se sabe que la obesidad es una enfermedad y no una falta de carácter o voluntad, la obesidad ha sido tratada exitosamente por medios quirúrgicos y ahora se sabe que la cirugía Metabolica o de Obesidad es uno de los métodos más seguros y eficaces para terminar con la Obesidad.

Hector BernalMedico Cirujano especialista en cirugía metabólica y de obesidad Miembro de la federación Internacional de Cirugía de Obesidad (IFSO)
www.articuloz.com

jueves, 2 de junio de 2011


Aumento de Peso en la Menopausia

Al iniciarse la menopausia los problemas varían de una mujer a otra. Pero la obesidad es el más común y preocupante.

Hablando con la mayoría de las mujeres mayores de 50 años nos encontramos rápidamente que la menopausia y el aumento de peso están relacionados en su experiencia.

Es muy frecuente el aumento de peso entrada la menopausia y mientras que la causa de esto puede ser debido a cambios de estilo de vida, que no explican por qué de repente estamos desarrollando una tendencia al sobrepeso y a acumular grasa en distintas partes del cuerpo, especialmente en el abdomen, mientras que cualquier peso ganado cuando eran más jóvenes tendía a ser centrado en las caderas.

Se suponía que se debía más a factores psicológicos que puramente fisiológicos. Así, los importantes cambios emocionales experimentados por la mujer durante la menopausia, como los estados de ansiedad o depresión harían que comiera mucho más, lo que conduciría a la obesidad.

La verdad es que los cambios hormonales tienen un papel que desempeñar en esto, aunque el proceso no es completamente entendido. En la menopausia una mujer deja de ovular, y su cuerpo produce niveles mucho más bajos de la hormona femenina estrógeno, que es el responsable del proceso de la ovulación.

La baja de estrógenos, producto de la menopausia, se ha demostrado que causa aumento de peso y que casi con toda seguridad es la razón por la cual nuestros cuerpos cambian de forma.

Si bien las mujeres en edad fértil almacenan la grasa en la parte inferior del cuerpo, después de la menopausia se almacena en el abdomen en lugar de ello, al igual que los hombres. Esto tiene causas que influyen en la salud como las alteraciones del metabolismo de los hidratos de carbono, diabetes, artrosis, hipertensión arterial, insuficiencia venosa y con un mayor de riesgo cardíaco, entre otras complicaciones.

La terapia hormonal con estrógenos a veces se prescribe para controlar los síntomas de la menopausia. Muchas mujeres se sorprenderán al saber que los estudios han demostrado que la terapia hormonal no causa aumento de peso. Algunas mujeres experimentan hinchazón y la retención de líquidos en las primeras etapas de la terapia hormonal, pero esto suele ser temporal y no han engordado. La terapia hormonal puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón mediante la prevención de los cambios en el almacenamiento de la grasa corporal alrededor del abdomen y la reducción de colesterol.

Sin embargo, la terapia hormonal se ha relacionado con un aumento del riesgo de cáncer de mama en algunos estudios.

Si encuentra que está ganando peso en la etapa de la menopausia, hay varias cosas que puede hacer.

- Coma saludable, realice una dieta baja en calorías, baja en grasas y con mucha fibra, evitando el azúcar y los hidratos. Consuma vegetales especialmente los más ricos en calcio como el brócoli, espinaca, coliflor, pues la osteoporosis es otro de los problemas. Además zanahoria, todos los vegetales de hojas verdes, todas las hortalizas excepto papa y batata en muy baja cantidad.

Legumbres también proveen buena cantidad de calcio. Consumir soja y sus derivados ya que contienen fitoestrógenos.

Cereales integrales y por supuesto frutas.

- Realice ejercicios físicos regularmente hasta que aumente sus niveles de actividad física, naturalmente cada día. El trabajo en este periodo de la vida a menudo se vuelve menos exigente físicamente, no hay niños que correr después de todo, tenemos menos vacaciones activas y hacemos las cosas más lentamente. Unos 30 minutos de actividad física moderada cada día le ayudará a equilibrar el efecto de ésta.

- Mantener la fuerza muscular y su masa. Use complemento de peso para los músculos del brazo y para caminar o en bicicleta para las piernas. Unas pequeñas pesitas de 1 kilo para los brazos y tobilleras con arena para las piernas.

- Acepte los cambios de la forma de su cuerpo. Si no está pasada de peso, sino que simplemente tiene la cintura más gruesa y piernas delgadas, está bien, no se acompleje.

Consulte con su médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios físicos y régimen de adelgazamiento; si tiene alguna enfermedad o si su condición física se encuentra con los niveles bajos.

Su médico la puede ayudar con los síntomas de la menopausia y el aumento de peso.

Falta de Estrogenos y Obesidad


MENOPAUSIA
La falta de estrógenos en la menopausia favorece la aparición de la obesidad, una patología que afecta al 10-20% de las mujeres adultas en España. Esta fue una de las conclusiones que se sacaron ayer en la sesión inaugural del V Symposium Internacional de Ginecología Endocrinológica y menopausia, que reúne hasta el viernes en Madrid a más de 600 expertos en la materia.
Aunque esta cifra es inferior a la de otros países (un 25-30% en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido), los especialistas alertan de la importancia de evitar esta patología para prevenir enfermedades cardiovasculares, cuyo riesgo es más alto en la mujer menopáusica que en el hombre de edad madura incluso sin tener en cuenta este factor de riesgo.

"Diversos estudios epidemiológicos han puesto de relieve que un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 aumenta tres veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2, casi dos veces el de tener hipertensión arterial y 1,5 veces el de sufrir una dislipemia (alteración de los lípidos), principales factores de riesgo cardiovascular", explicó la doctora Clotilde Vázquez, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Hasta hace poco, el aumento de la obesidad tras la menopausia se vinculaba a aspectos emocionales y psicológicos relacionados con esta etapa de la vida que ocasionaban que la mujer comiera en mayor cantidad.

En este sentido, la doctora Vázquez señaló que aunque la patogenia de la relación menopausia-obesidad no se conoce por el momento con exactitud, sí está comprobada epidemiológicamente.

Además, añadió, al ser los estrógenos hormonas termogenéticas, cuando disminuye su producción debido a la menopausia, desciende la producción de calor y favorece el depósito de grasa. Otro de los efectos de la falta de estrógenos es el cambio en la distribución de grasa corporal de la mujer. Según el doctor Santiago Palacios, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la menopausia (AEEM), "mientras que los estrógenos producen una distribución de la grasa en las caderas y las nalgas, típicamente femenina, al desaparecer estas hormonas, la distribución de la grasa tiende a ser más similar a la de los hombres, acumulándose más en el abdomen".

Para prevenir la obesidad, lo expertos recomiendan realizar actividad física moderada y de forma regular y disminuir la ingesta de calorías en la última parte del día, sobre todo en la cena, reforzando ésta, a su vez, en el desayuno.

En cuanto al ejercicio físico, la doctora Vázquez apuntó que el más rentable para la prevención de la obesidad y del riesgo cardiovascular es el aeróbico, que no es muy intenso pero que se lleva a cabo de forma regular, siendo preferible practicarlo 30 minutos tres veces a la semana que una hora y media un día. Esta experta recordó que a algunas mujeres adultas les resulta difícil integrar esta práctica en su vida. Por este motivo, abogó por enseñarles cosas que pueden estar más a su alcance, como subir y bajar andando las escaleras de su casa o hacer bicicleta estática.

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