viernes, 31 de julio de 2009


31/7/2009
Un hallazgo abre una nueva vía para el tratamiento de la obesidad
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Nicholas Wade
The New York Times

NUEVA YORK.- Se abre un nuevo enfoque para el tratamiento de la obesidad gracias al descubrimiento de cómo el cuerpo crea grasa marrón, las células que queman grasa blanca y la convierten en calor.

Investigadores liderados por Bruce Spiegelman, de la Escuela de Medicina de Harvard, informan de su hallazgo en la edición de ayer de la revista Nature . Su trabajo describe el sistema natural a través del cual se generan células de grasa marrón a partir de sus precursoras.

Spiegelman utilizó este sistema -un par de proteínas que activan los genes específicos de este tejido- para convertir células de piel tanto de ratón como humanas en células de grasa marrón.

Las células de grasa marrón tienen un rol muy diferente de las de la mejor conocida grasa blanca. Las de grasa blanca almacenan grasa; las de grasa marrón la queman en forma de calor.

Los bebes tienen mucha grasa marrón para ayudarlos a mantener el calor. Hasta abril de 2009, los biólogos creían que la grasa marrón desaparecía rápidamente y no se mantenía en la adultez. Luego, el doctor Sven Enerback, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, y otros informaron que algún tejido de grasa marrón persistía en adultos, lo que abre la posibilidad de que si las células pudieran activarse, las personas podrían quemar más grasa.

En otra línea de investigación que ahora converge con este descubrimiento, Spiegelman ha estado estudiando las células de grasa blanca del cuerpo y cómo se controlan. En 1994, él descubrió el regulador maestro de las células de grasa blanca. Volvió entonces su interés hacia las células de grasa marrón siguiendo la creencia general de que éstas derivaban de la grasa blanca.

Parecía que un elemento clave para la creación de las células de grasa marrón era un tipo de proteína llamada 'dedo de zinc' (porque ingresa en la molécula espiral de ADN y activa ciertos genes). Spiegelman pensó que si inactivaba todas las proteínas relevantes de las células de grasa marrón, éstas debían reconvertirse en sus precursoras, las células de grasa blanca.

El experimento resultó. Las células de grasa marrón se revirtieron a su estado anterior. Pero no a células de grasa blanca, sino que se convirtieron en células musculares.

'Fue el experimento más extraño que haya hecho', dijo Spiegelman.

Su descubrimiento de que las células musculares son las precursoras naturales de las de grasa marrón fue el año último. Spiegelman ahora descubrió que la proteína de zinc, en combinación con una segunda proteína producida por las células musculares, es el regulador maestro de las células de grasa marrón y convierte células de la piel en grasa marrón, aunque éste no es el proceso previsto por la naturaleza.

Spiegelman utilizó este mecanismo para convertir células de ratón en células de grasa marrón, que parecen funcionar según lo esperado cuando se las trasplanta a ratones normales. Ahora, el científico está trabajando en un segundo experimento, una prueba crucial para la posibilidad de una terapia, en la que quiere ver qué pasa cuando las células de grasa marrón se implantan en ratones obesos.

Cuando se le preguntó si los roedores adelgazan, el investigador respondió que los resultados hasta ahora son estimulantes, pero declinó avanzar con más precisiones con la excusa de que los editores de la revista científica en la que se publicarán no estarán muy contentos si da a conocer los hallazgos antes de la publicación.

Un procedimiento similar podría utilizarse en las personas, dijo, si los experimentos en ratones fueran positivos. Posteriores descubrimientos podrían producir la proteína natural que activa la formación del 'dedo de zinc' y esta proteína podría convertirse en una poderosa droga para convertir células de piel en células de grasa marrón.

Enerback dijo que Spiegelman había dado un paso 'realmente importante' al dilucidar la biología de las células de la grasa marrón. De acuerdo con sus cálculos, dijo Enerback, insertar entre 50 y 100 gramos de grasa marrón en una persona le permitiría quemar más de cinco kilos de grasa blanca por año.

Agregó que un enfoque terapéutico de este tipo debería permitir aumentar o disminuir un depósito de grasa marrón de acuerdo con las necesidades. Este tratamiento debería utilizarse combinado con cambios en el estilo de vida y otras intervenciones.

La grasa marrón induce a la grasa blanca a desintegrarse en ácidos grasos que son liberados al torrente sanguíneo y absorbidos por la grasa marrón. Esta última contiene grandes cantidades de mitocondrias, las baterías químicas de las células.

Las mitocondrias (que se originaron hace mucho cuando bacterias quedaron presas dentro de las células) usualmente generan una forma química de energía. Pero en la grasa marrón este proceso se interrumpe y en su lugar las mitocondrias producen calor. Dado que las mitocondrias contienen hierro, las células adoptan el tinte amarronado que les da su nombre.

Fuente: La Nacion.com

www.vidapositiva.com

Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño

El SAHS es el más frecuente de los trastornos respiratorios que se producen durante el sueño, ya que afecta a alrededor de un 4% de los adultos. Se ha llamado también Síndrome de Hipersommia y Respiración Periódica (SHRP), maldición de Ondina, y síndrome de Pickwick asociándolo a la obesidad. Actualmente se denomina OSAS (Obstructive Sleep Apnea Syndrome) en literatura anglosajona o SAHS (Síndrome de Apneas Obstructivas del Sueño) o, simplemente SAS (Síndrome de Apnea del Sueño), que incluía a todas las otras patologías. No obstante, se recomienda usar el concepto de Síndrome de Apneas-Hipopneas durante el Sueño y sus siglas SAHS debido a que incluye una referencia específica a las hipopneas, las cuales se consideran de importancia creciente tanto en adultos como en niños; evita el término "obstructiva", lo que permite incluir no sólo éstas, sino también las mixtas y las centrales (muchas de las cuales son realmente obstructivas en origen y por eso desaparecen con CPAP) y, finalmente, estas siglas definen tanto la traducción española de "síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño" como a la anglosajona de "sleep apnea-hipopnea síndrome", lo que facilita su uso.
Esta enfermedad es debida a episodios repetidos de obstrucción o colapso de la vía aérea superior que tiene lugar mientras la persona afectada duerme. Esto provoca colapso, bien mediante la reducción (hipopnea) o bien mediante la detención completa (apnea) del flujo de aire hacia los pulmones, y puede producir entre otros efectos una disminución de los niveles de oxígeno y un aumento del nivel de anhídrido carbónico en la sangre, así como un pequeño despertar a menudo subconsciente (arousal), que permite recuperar la respiración normal hasta que se produce el siguiente episodio. Como consecuencia, los principales síntomas son:
• Somnolencia excesiva durante el día debida a la mala calidad del sueño, que afecta la capacidad intelectual y al rendimiento, y puede ser causa de accidentes laborales y de circulación.
• Trastornos respiratorios.
• Trastornos cardiovasculares: hipertensión arterial, arritmias, angina de pecho e infarto de miocardio o cerebral.
• Trastornos psicológicos e intelectuales: dificultad de concentración, depresión nerviosa, disminución de la libido... etcétera.
Tratamiento de la apnea del sueño
Hay tres grados de certeza para definir la eficacia de una tratamiento: estándar, significa que hay estudios científicos bien realizados con grupos testigo. Que muestran hallazgos incuestionables de la eficacia, seguridad y beneficios de un tratamiento. Opción: hay estudios científicos que muestran beneficios aceptables pero variabilidad en cuanto a resultados; y alternativa; tratamientos que han funcionado en grupos pequeños que no se pueden replicar en todos los grupos científicos y que peden beneficia a algunos pacientes.
Algunos se basan en evidencia “anecdótica”, o “medicina alternativa”. Es sorprendente lo escéptico que son los pacientes con los tratamientos convencionales y lo confiados que son con tratamientos recomendados por gente que puede o no tener entrenamiento académico en ciencias de la salud.
El estándar:
Los dispositivos de Presión Positiva de vías aéreas son los más estudiados y conformados como seguros y eficaces. El CPAP (Presión Positiva Continua de Vía Aéreas) es el más común y económico. Este es un pequeño compresor de aire ambiental que está calibrado a la presión que el médico determinó como efectiva, que aplica aire a través de una mascarilla que se pone en la nariz para ampliar las vías aéreas obstruidas, eliminando los ronquidos y las apneas o la alta resistencia al paso de aire.
Para que tenga éxito, el paciente debe ser adiestrado en su uso y las molestias del método minimizadas. Quienes hacen esto usan una serie de “trucos”, para mejorar la tolerancia del paciente y reducir los inconvenientes que varían desde sequedad nasal, problemas en la piel de la nariz, o intolerancia a la presión. La tasa de éxito oscila entre 80 y 85 por ciento.
Otros sistemas como BiPAP y Auto PAP son más sofisticados y caros pero algunos pacientes los requieren.
Las opciones:
¿Qué pasa con el 20% restante?
Hay procedimientos que varían de “poco invasivos” como la somnoplastia, que usa una microonda para producir pequeñas quemaduras internas en tejidos que al desinflamar se producen una cicatrización y retracción de los tejidos, ampliando las vías aéreas.
La remoción de las amígdalas en niños con SAOS es efectivísima. Otros procedimientos de ampliación de las vías aéreas como la UPPP (uvulo-palatofaringoplastia) son bastante invasivos y hacen una ampliación del área quitando tejido redundante.
Reposicionamiento de la quijada:
Estos aparatos se colocan en la boca al dormir y pueden jalar la lengua y la quijada hacia delante. Hay muchos estilos y modelos que deben ser fabricados especialmente para el paciente. Su eficacia es del 50 por ciento. Se seleccionan en casos leves de SAOS.
Alternativas:
La lista incluye dilatadores nasales, almohadas especiales, pelotitas que se colocan en las espalda que evitan acostarse boca arriba, sprays nasales y medicamentos que van desde antialérgicos hasta hormonales. Su eficiencia varía ampliamente y pueden complementar a los otros métodos

miércoles, 22 de julio de 2009


Obesidad: ¿cuál es el mejor tratamiento?

La reciente reglamentación de la Ley de Trastornos Alimentarios abrió el debate entre los médicos especialistas en nutrición acerca de cuál es la alternativa terapéutica más eficaz contra la obesidad. Otros espertos advierten que la nueva resolución tiene limitaciones que pueden dificultar, a ciertos pacientes con esta enfermedad, el acceso al tratamiento.
Por Agustina Sucri


A principios de este mes se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 742/2009 del Ministerio de Salud de la Nación, mediante la cual quedaron incorporadas al Programa Médico Obligatorio (PMO), "las prestaciones básicas esenciales para la cobertura de la obesidad en pacientes".

De esta forma, quedó reglamentada la Ley 26.396 de "Trastornos alimentarios" (conocida también como Ley de Obesidad), que había sido promulgada en septiembre de 2008.

La flamante resolución establece que todas las obras sociales y empresas de medicina prepaga deberán cubrir el tratamiento a pacientes adultos con índice de masa corporal (IMC) igual o mayor a 30, que tengan al menos una de las siguientes enfermedades asociadas a la obesidad (comorbilidad): diabetes, hipertensión arterial, dislipemia, insuficiencia respiratoria, o cáncer de mama post-menopáusica.

Asimismo, el texto de la resolución precisa que la cobertura abarca tanto las consultas e interconsultas con los médicos especialistas en obesidad y licenciados en nutrición, como un 70% del valor de los tratamientos farmacológicos (orlistat y sibutramina).

En cambio, para acceder a los tratamientos quirúrgicos (by-pass gástrico o banda gástrica ajustable), la normativa estipula que el paciente deberá tener un IMC igual o mayor a 40, "más de cinco años de padecimiento de obesidad no reductible", y "haber intentado otros métodos no quirúrgicos para control de la obesidad bajo supervisión médica, por lo menos por 24 meses, sin éxito", entro otros requisitos.

Sin embargo, algunos de los especialistas en tratamientos de la obesidad muestran posturas antagónicas respecto a cuáles son los métodos terapéuticos más efectivos para bajar de peso. Están quienes consideran que la alternativa quirúrgica no es una buena solución para la enfermedad de la obesidad, ya que la operación no logrará cambiar la psicología o modo de pensar del obeso, mientras que otros profesionales sostienen que en los casos de obesidad mórbida la cirugía bariátrica (by-pass o colocación de banda gástrica) es el mejor camino.

"Gran parte de la disparidad de opiniones sobre la obesidad responde a que los que son preguntados no se ponen de acuerdo en cuál es el concepto que se tiene de obesidad; si nos ponemos de acuerdo en cuáles son los términos y cuál es la extensión de la problemática, va a haber mayor coincidencia", opinó en una entrevista con La Prensa el doctor Julio Montero, médico especialista en nutrición y presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA).

De todas formas, Montero hizo hincapié en que los profesionales dedicados al tratamiento de la obesidad "no deben adoptar posiciones extremas y fijas", ya que se trata de un problema biológico. "El especialista tiene que ubicar y centrar al paciente adentro de la problemática que tiene ese individuo; tiene que desprenderse de las rigideces", añadió Montero.

En ese sentido, el presidente de SAOTA subrayó que "lo ideal es que se evalúe el caso en particular, porque no hay decisiones que estén siempre bien o siempre mal sino que eso depende de la oportunidad y la situación".
Al ser preguntado sobre la eficacia de la cirugía bariátrica, el experto afirmó que "cuando está correctamente indicada, en el paciente indicado, genera más beneficios que inconvenientes".

Además, Montero recordó que los equipos quirúrgicos "tienen el apoyo de psicólogas y de licenciados en nutrición que están dirigidos a reeducar al paciente operado, porque cambia el funcionamiento del tubo digestivo y eso requiere un aprendizaje y un conocimiento para que la adecuación sea óptima y el resultado se produzca con el menor disconfort".

LA RESOLUCION

En cuanto a la nueva legislación en torno al problema de trastornos alimentarios, el presidente de SAOTA dijo que la Ley de Obesidad "hubiera necesitado una discusión más prolongada y profunda sobre muchos temas que no han sido debatidos efectivamente para llegar a una conclusión consensuada". No obstante, agregó que "la Resolución 742 trata de ser un punto de inicio y, como todos los inicios, tiene que ser perfeccionada".

"Tal vez nos hubiera agradado que pudiera ser más amplia, más abarcativa, y que cubriera a mayor cantidad de personas con el problema de obesidad", expresó Montero.

Y es que, tal como se mencionó antes, el PMO sólo cubrirá el tratamiento médico y farmacológico de aquellos pacientes que tengan un IMC de entre 30 y 40, con alguna de las comorbilidades estipuladas en la resolución del Ministerio de Salud; y el tratamiento quirúrgico a quienes tengan un IMC de 40 o superior.

"No menciona qué sucede con aquellos obesos que no tengan estas asociaciones; hay muchas instancias que no han sido contempladas en ese listado y que merecen o merecerían ser consideradas", enfatizó el profesional, al tiempo que preguntó: "¿Qué hacemos con los obesos que tienen un IMC de 38 o de 37 y están muy cerca de ser obesos mórbidos?" o "¿qué pasa si este individuo con un IMC elevado no tiene ninguna de esas asociaciones mórbidas que se detallan en la ley?".

Por otra parte, tampoco queda claro qué tipo de cobertura obtendrán los niños y adolescentes que padecen obesidad. "Aunque no esté indicada para la mayoría de los niños, alguno podría precisar la cirugía", aseveró Montero. "Tanto el plan nutricional, como de apoyo conductual, y el tratamiento farmacológico también le caben a los niños", prosiguió.

EN CIFRAS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. "Estos umbrales sirven de referencia para las evaluaciones individuales, pero hay pruebas de que el riesgo de enfermedades crónicas en la población aumenta progresivamente a partir de un IMC de 21", señala la entidad sanitaria mundial.

Según los últimos cálculos de la OMS, en 2005 había en todo el mundo "cerca de 1.600 millones de adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso y al menos 400 millones de adultos obesos". La organización anticipó que en 2015 esas cifras ascenderán a 2.300 millones de personas con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.

En el país no existen estadísticas actuales que indiquen con precisión cuántos son los enfermos con obesidad o sobrepeso. "Toda la sociedad en su conjunto se va trasladando hacia un mayor peso, es un movimiento uniforme de todo el conjunto poblacional. De modo que va aumentando el peso poblacional y, con ello, los obesos y los que tienen sobrepeso", describió el presidente de SAOTA.

"Mediante la última estadística que hizo el Ministerio de Salud, que es la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2006), tenemos una visión muy clara de qué es lo que pasa con las mujeres argentinas, porque el estudio se hizo sobre mujeres: en el rango de 10 a 49 años vemos que va aumentando la prevalencia de la obesidad respecto a años anteriores y que el promedio de IMC de la mujer argentina es de 25, o sea que está pisando la raya del exceso de peso", puntualizó.

El especialista en nutrición remarcó que "hay una prevalencia de la obesidad elevada en el grupo de las mujeres que están en edad fértil", lo cual genera preocupación porque "son mujeres que al quedar embarazadas van a tener un peso excesivo de arranque", concluyó.

domingo, 19 de julio de 2009

Apuestan por un tratamiento psicológico frente a la obesidad infantil, que afecta al 30% de los niños

Publicado por cienciaaldia

Los pediatras apuestan por un enfoque psicológico del sobrepeso y la obesidad infantil, que afecta a un 30 por ciento de los niños españoles y aragoneses, un grave problema que se ha duplicado en los últimos años al haber fracasado las estrategias institucionales.
Así lo ha afirmado hoy el catedrático Julio Ardura, presidente del Comité Científico del 58 Congreso de la Asociación Nacional de Pediatría (AEP), inaugurado hoy en Zaragoza, y en el que se analizarán los últimos avances pediátricos, con la asistencia de casi 2.000 profesionales, de los que 1.039 expondrán sus comunicaciones.

La obesidad infanto-juvenil es una de las cuestiones centrales que se abordará en esta reunión, ya que experimenta un aumento creciente en los últimos años al haber pasado en España su prevalencia del 13 al 30 por ciento, ha subrayado en rueda de prensa Ardura, catedrático de Pediatría de la Universidad de Valladolid.

Además de ser considerada ya una “epidemia”, esta situación “grave” y de “gran alarma” lleva asociadas enfermedades como el Síndrome Metabólico, que limitan la vida de los que la padecen esta enfermedad crónica y suponen gran demanda asistencial y recursos económicos, ha explicado.

Los datos ponen de manifiesto que, en general, “han fracasado” otros tratamientos clásicos utilizados hasta ahora por la Administración y los profesionales sanitarios, ya que “no han cumplido las expectativas”, ha agregado este pediatra.

Según Ardura, hay que olvidarse de que la prevención de las enfermedades se hace sólo con vacunas, ya que existen otras patologías de la edad adulta que deben prevenirse en la infancia, con hábitos saludables y la ayuda de los pediatras y la familia.

Así, el Síndrome Metabólico -intolerancia a la glucosa, hipertensión o resistencia a la insulina- aumenta en cinco veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y en dos o tres veces el de enfermedad cardiovascular en el adulto.

Un estudio realizado en 154 adolescentes obesos aragoneses de entre 8 y 14 años ponía de manifiesto una prevalencia de entre el 19,1 y el 51,4 por ciento.

Ardura ha subrayado que el “modelo psicológico” es un enfoque novedoso de la obesidad infantil en el que no se deja de lado la actividad física y el control dietético, considerados hasta ahora los dos pilares fundamentales para abordar este problema.

Con el abordaje psicológico se consigue motivación para el tratamiento y favorecer su continuidad, precisamente donde han fracasado los programas clásicos, que son abandonados en un porcentaje muy alto a los seis o siete meses y en los que apenas un 20 por ciento de los menores se mantiene a los dos años y medio, ha informado.

Los niños, ha explicado, pueden padecer sobrepeso y obesidad por predisposición ambiental, en familias que se come en exceso, por una base genética o por factores psicológicos o de conducta, como la ansiedad, relacionados con problemas en el colegio o el entorno familiar.

Por ello, ha recomendado un tratamiento integrado del problema, que implica la valoración del niño durante unos días por un equipo de especialistas, en aspectos conductuales y psicológicos, y de la familia, para posteriormente aplicar los métodos adecuados, además de un tratamiento dietético y farmacológico si fuera necesario y la recomendación de efectuar ejercicio.

En algunos casos, como el de menores que han alcanzado los cien kilos de peso, se podría considerar la posibilidad de la cirugía bariátrica (reducción de estómago), ha dicho.

Para el presidente de la Asociación Nacional de Pediatría, Alfonso Delgado, este tipo de cirugía se plantearía a los 18 años ya que la persona tiene que estar “enormemente convencida” de que quiere adelgazar, por lo que primero habría que solucionar sus problemas de ansiedad, dado que la introducción de un balón intragástrico conlleva muchas incomodidades.


Fuente: http://es.noticias.yahoo.com/9/20090604/tsc-apuestan-por-un-tratamiento-psicolog-1c5b110.html