miércoles, 22 de julio de 2009


Obesidad: ¿cuál es el mejor tratamiento?

La reciente reglamentación de la Ley de Trastornos Alimentarios abrió el debate entre los médicos especialistas en nutrición acerca de cuál es la alternativa terapéutica más eficaz contra la obesidad. Otros espertos advierten que la nueva resolución tiene limitaciones que pueden dificultar, a ciertos pacientes con esta enfermedad, el acceso al tratamiento.
Por Agustina Sucri


A principios de este mes se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 742/2009 del Ministerio de Salud de la Nación, mediante la cual quedaron incorporadas al Programa Médico Obligatorio (PMO), "las prestaciones básicas esenciales para la cobertura de la obesidad en pacientes".

De esta forma, quedó reglamentada la Ley 26.396 de "Trastornos alimentarios" (conocida también como Ley de Obesidad), que había sido promulgada en septiembre de 2008.

La flamante resolución establece que todas las obras sociales y empresas de medicina prepaga deberán cubrir el tratamiento a pacientes adultos con índice de masa corporal (IMC) igual o mayor a 30, que tengan al menos una de las siguientes enfermedades asociadas a la obesidad (comorbilidad): diabetes, hipertensión arterial, dislipemia, insuficiencia respiratoria, o cáncer de mama post-menopáusica.

Asimismo, el texto de la resolución precisa que la cobertura abarca tanto las consultas e interconsultas con los médicos especialistas en obesidad y licenciados en nutrición, como un 70% del valor de los tratamientos farmacológicos (orlistat y sibutramina).

En cambio, para acceder a los tratamientos quirúrgicos (by-pass gástrico o banda gástrica ajustable), la normativa estipula que el paciente deberá tener un IMC igual o mayor a 40, "más de cinco años de padecimiento de obesidad no reductible", y "haber intentado otros métodos no quirúrgicos para control de la obesidad bajo supervisión médica, por lo menos por 24 meses, sin éxito", entro otros requisitos.

Sin embargo, algunos de los especialistas en tratamientos de la obesidad muestran posturas antagónicas respecto a cuáles son los métodos terapéuticos más efectivos para bajar de peso. Están quienes consideran que la alternativa quirúrgica no es una buena solución para la enfermedad de la obesidad, ya que la operación no logrará cambiar la psicología o modo de pensar del obeso, mientras que otros profesionales sostienen que en los casos de obesidad mórbida la cirugía bariátrica (by-pass o colocación de banda gástrica) es el mejor camino.

"Gran parte de la disparidad de opiniones sobre la obesidad responde a que los que son preguntados no se ponen de acuerdo en cuál es el concepto que se tiene de obesidad; si nos ponemos de acuerdo en cuáles son los términos y cuál es la extensión de la problemática, va a haber mayor coincidencia", opinó en una entrevista con La Prensa el doctor Julio Montero, médico especialista en nutrición y presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA).

De todas formas, Montero hizo hincapié en que los profesionales dedicados al tratamiento de la obesidad "no deben adoptar posiciones extremas y fijas", ya que se trata de un problema biológico. "El especialista tiene que ubicar y centrar al paciente adentro de la problemática que tiene ese individuo; tiene que desprenderse de las rigideces", añadió Montero.

En ese sentido, el presidente de SAOTA subrayó que "lo ideal es que se evalúe el caso en particular, porque no hay decisiones que estén siempre bien o siempre mal sino que eso depende de la oportunidad y la situación".
Al ser preguntado sobre la eficacia de la cirugía bariátrica, el experto afirmó que "cuando está correctamente indicada, en el paciente indicado, genera más beneficios que inconvenientes".

Además, Montero recordó que los equipos quirúrgicos "tienen el apoyo de psicólogas y de licenciados en nutrición que están dirigidos a reeducar al paciente operado, porque cambia el funcionamiento del tubo digestivo y eso requiere un aprendizaje y un conocimiento para que la adecuación sea óptima y el resultado se produzca con el menor disconfort".

LA RESOLUCION

En cuanto a la nueva legislación en torno al problema de trastornos alimentarios, el presidente de SAOTA dijo que la Ley de Obesidad "hubiera necesitado una discusión más prolongada y profunda sobre muchos temas que no han sido debatidos efectivamente para llegar a una conclusión consensuada". No obstante, agregó que "la Resolución 742 trata de ser un punto de inicio y, como todos los inicios, tiene que ser perfeccionada".

"Tal vez nos hubiera agradado que pudiera ser más amplia, más abarcativa, y que cubriera a mayor cantidad de personas con el problema de obesidad", expresó Montero.

Y es que, tal como se mencionó antes, el PMO sólo cubrirá el tratamiento médico y farmacológico de aquellos pacientes que tengan un IMC de entre 30 y 40, con alguna de las comorbilidades estipuladas en la resolución del Ministerio de Salud; y el tratamiento quirúrgico a quienes tengan un IMC de 40 o superior.

"No menciona qué sucede con aquellos obesos que no tengan estas asociaciones; hay muchas instancias que no han sido contempladas en ese listado y que merecen o merecerían ser consideradas", enfatizó el profesional, al tiempo que preguntó: "¿Qué hacemos con los obesos que tienen un IMC de 38 o de 37 y están muy cerca de ser obesos mórbidos?" o "¿qué pasa si este individuo con un IMC elevado no tiene ninguna de esas asociaciones mórbidas que se detallan en la ley?".

Por otra parte, tampoco queda claro qué tipo de cobertura obtendrán los niños y adolescentes que padecen obesidad. "Aunque no esté indicada para la mayoría de los niños, alguno podría precisar la cirugía", aseveró Montero. "Tanto el plan nutricional, como de apoyo conductual, y el tratamiento farmacológico también le caben a los niños", prosiguió.

EN CIFRAS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. "Estos umbrales sirven de referencia para las evaluaciones individuales, pero hay pruebas de que el riesgo de enfermedades crónicas en la población aumenta progresivamente a partir de un IMC de 21", señala la entidad sanitaria mundial.

Según los últimos cálculos de la OMS, en 2005 había en todo el mundo "cerca de 1.600 millones de adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso y al menos 400 millones de adultos obesos". La organización anticipó que en 2015 esas cifras ascenderán a 2.300 millones de personas con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.

En el país no existen estadísticas actuales que indiquen con precisión cuántos son los enfermos con obesidad o sobrepeso. "Toda la sociedad en su conjunto se va trasladando hacia un mayor peso, es un movimiento uniforme de todo el conjunto poblacional. De modo que va aumentando el peso poblacional y, con ello, los obesos y los que tienen sobrepeso", describió el presidente de SAOTA.

"Mediante la última estadística que hizo el Ministerio de Salud, que es la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2006), tenemos una visión muy clara de qué es lo que pasa con las mujeres argentinas, porque el estudio se hizo sobre mujeres: en el rango de 10 a 49 años vemos que va aumentando la prevalencia de la obesidad respecto a años anteriores y que el promedio de IMC de la mujer argentina es de 25, o sea que está pisando la raya del exceso de peso", puntualizó.

El especialista en nutrición remarcó que "hay una prevalencia de la obesidad elevada en el grupo de las mujeres que están en edad fértil", lo cual genera preocupación porque "son mujeres que al quedar embarazadas van a tener un peso excesivo de arranque", concluyó.

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