miércoles, 8 de diciembre de 2010


Cuándo un Obeso mórbido se acerca a la posibilidad de reencontrarse con otra vida, más sana, mejor, más prometedora, en salud física, psicologica, social no piensa en los pasos posteriores al posible adelgazamiento, porque lo separan 30, 40, 50, 100, o 150 kilos, o vaya a saber cuantos kilos que como eternos escalones no permiten ver la meta.
Cuando un paciente hiper obeso mórbido se acerca a la primera consulta, sería propicio acercarlo a un paciente recuperado que posea la capacidad de acercarlo a la experiencia propia, ya que si bien los médicos cirujanos bariátricos, los nutricionistas, los psicólogos clínicos y médicos especializados en obesidad, saben de que se trata, no lo han vivido por dentro.
Alguna vez alguien me dijo, "yo se lo que siento, pero vos me ves por fuera", y se trataba de otra afección, en éste caso, en el que se trata de enfrentar las ansiedades, los miedos, los actos discriminatorios con los que se convivió mucho tiempo, si no todo el tiempo de su vida, errores en la mirada en el espejo, creencia de merecido castigo, y tantas otras cosas, nunca será mejor entendido que por quien lo ha vivido, padecido, sufrido, luchado, vencido...
Por eso llama la atención enormemente, que se halla multiplicado el número de profesionales abocados a la temática, y que no se convoque a quienes tienen la más potente de las herramientas "la experiencia en el propio cuerpo y mente, por eso hay que apoyarse en quien lo vive desde el adentro y no se queda con una mirada tangencial"...
En muchos casos en los consultorios médicos, y en la puerta de los mismos, se llevan a cabo encuentros enriquecedores con pacientes que dan los primeros pasos con miedo, ansiedad, angustia, y cambian la mirada al recibir como un folleto explicativo concreto, la charla de lo vivido, de lo logrado de los 30, 50, 80 kilos perdidos del cuerpo y encontrados en salud.
Intercambio de números telefónicos, y apoyo silencioso y contener acompaña esa marcha.
Pero los profesionales siguen sin dar entrada a quienes podrían ayudar y sostener, pero bueno, vivimos en un mundo donde no se escucha a quien dice, ni se recibe la mirada de quien mira a los ojos...
Haber vivido dentro de un traje de buzo oscuro, pesado, molesto durante 10, 20 años o la vida misma, es una experiencia que más allá de lo catedrático supera lo inconmensurable del sentimiento humano, ganar en salud perdiendo los kilos que ese traje de buzo significaba es la vida misma, una vida distinta que todo paciente hiper obeso mórbido merece vivir.

Mabel Ieraci.-

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