jueves, 9 de octubre de 2008

Esto se publicó en La Nación OnLine-

PolémicaTemen que el bypass gástrico se empiece a usar de manera indiscriminadaEspecialistas consultados por lanacion.com coincidieron en que se corre ese riesgo por la inclusión de la cirugía en la prestación de obras sociales y prepagas
Ricardo Quesada De la Redacción de lanacion.com rquesada@lanacion.com.ar
La inclusión del tratamiento de la obesidad en el Programa Médico Obligatorio (PMO) trae el riesgo de que la cirugía bariátrica, también conocida como bypass gástrico, se comience a usar de manera indiscriminada. Así lo consideraron diversos especialistas consultados por lanacion.com , que, además, advirtieron que este tipo de intervenciones no es para todos los casos de obesidad. "Es una ley que tiende a generar que la gente se pueda operar con facilidad, incluso cuando se trata de pacientes que perfectamente podrían realizar un tratamiento no quirúrgico", indicó el médico nutricionista Máximo Ravenna. En su opinión, con la cirugía de bypass gástrico se mutila el único órgano sano que tiene un obeso: el estómago. De hecho, Ravenna dice que entre sus pacientes hay algunos que llegaron a bajar 210 kilos "sin siquiera tomar una aspirina". Debate. El debate acerca de la cirugía bariátrica volvió a cobrar fuerza esta semana cuando la diputada radical Vilma Baragiola quedó internada en terapia intensiva tras ser sometida a una derivación biliopancreática, un tipo de intervención que prácticamente ya no se realiza en la Argentina. "Yo estuve con esta señora hace un tiempo. Ella estaba desesperada porque se aprobara la ley de obesidad y fue una de sus principales impulsoras. Lo que siempre le dije es que la cirugía tenía riesgos", agregó. De acuerdo con Ravenna, aunque el obeso baja rápidamente de peso, si no hace un tratamiento muy intenso, puede recuperar todo el peso perdido. Además, existe el peligro de transformar la adicción a la comida a otro tipo adicción, ya sea alcoholismo, bulimia o incluso violencia, porque ya no se puede canalizar a través de la comida. "Nunca necesité mandar a alguien al quirófano. El desafío es que la persona que difícilmente puede bajar de peso, baje de todos modos", concluyó. El temor a una generalización de los bypass gástricos también existe entre los propios cirujanos que realizan cirugías bariátricas. "La ley de obesidad fue un paso muy importante, era impostergable. Pero la norma no es sólo la cirugía, el centro es el tratamiento de la enfermedad. Aquí empieza el desafío. ¿Cómo se va a reglamentar la ley? Es necesario lograr una reglamentación razonable, para que cada paciente pueda tener el tratamiento que necesita y no se empiece a operar indiscriminadamente", manifestó Oscar Brasesco, jefe del servicio de cirugía bariátrica del hospital Austral y la Fundación Favaloro. Última instancia. En el mismo sentido se expresó el director médico del Centro de Rehabilitación Quirúrgica de la Obesidad, Ezequiel Fernández, "Me preocupa es que la gente piense: «Como la prepaga lo cubre, me opero». Y no es bueno que todos quieran operarse. Este es sólo el tratamiento de última instancia". Sin embargo, a diferencia de Ravenna, tanto Brasesco como Fernández creen que los riesgos de realizar una cirugía bariátrica no son mayores que los de cualquier otra cirugía. "Las complicaciones en la cirugía de la obesidad son muy bajas, inferiores al 3 por ciento de los casos. Este caso saltó a la luz porque se trataba de una legisladora", expresó Fernández. El especialista consideró que para que un paciente obeso se llevado al quirófano es necesario haber agotado todas las instancias no quirúrgicas posibles. "Para que un paciente sea candidato a la cirugía tiene que ser gravemente obeso, es decir tener un índice de masa corporal superior a 40, y haber intentado tratamientos no quirúrgicos serios al menos durante cinco años", explicó Fernández. Así y todo cuando un paciente llega a la consulta médica se realiza una serie de evaluaciones clínicas y psicológicas para determinar si es candidato a ingresar en el quirófano. En el mismo sentido se expresó Brasesco, que estimó que la cirugía es el tratamiento adecuado cuando ya se comprobó que el paciente fracasó en los demás métodos para adelgazar. El cirujano expresó que mediante esta técnica los pacientes logran no sólo reducir peso, aunque este sea el efecto más notable. También mejoran o desaparecen las enfermedades asociadas con la obesidad, como la hipertensión o la diabetes. "Cuando la cirugía es exitosa el paciente mejora su calidad de vida, no sólo porque muchas enfermedades desaparecen, sino porque también puede volver a caminar, atarse los cordones o higienizarse correctamente", aseguró. En tanto, Fernández agregó que aunque la cirugía no es todo, en los casos en que es necesaria aporta el 70% de lo que se necesita para alcanzar el éxito en el tratamiento de la obesidad.

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